Con más de 80 años de experiencia en transporte de carga, LAN CARGO y sus filiales -ABSA en Brasil, MAS AIR en México y Línea Aérea Carguera de Colombia en Colombia- son los principales operadores de carga aérea en América Latina y líderes en la industria local, dado su eficiencia, cobertura, calidad de servicio y fiabilidad.
Además,cuentan con una de las flotas más modernas del mundo, integrada por aviones cargueros y las bodegas de carga de aviones de pasajeros, a las que tienen acceso.
- Flota de aviones cargueros:
4 aviones Boeing 777-200F.
Total: 16 aviones cargueros.
Esta Flota es complementada con aviones cargueros con acuerdos comerciales de wet lease y charters (un Boeing 747-200F y dos Boeing 767-300F).
- Flota de aviones pasajeros a las que LAN CARGO y sus filiales tienen acceso (cuyas bodegas son utilizadas para el transporte de carga):
9 aviones Boeing 737-700.
76 aviones Airbus 321/A320/A319/A318.
31 aviones Boeing 767-300ER.
5 aviones Airbus 340-300.
Total: Acceso a las bodegas de carga de 135 aviones de pasajeros.
Por otro lado, LAN CARGO y sus filiales realizan constantes inversiones en mejoras en infraestructura lo cual permite ofrecer mejores servicios y comprometerse aún más con los sectores exportadores de diferentes partes del mundo. Cabe mencionar que estas Compañías han desarrollado su trabajo medioambiental, acorde a los compromisos de la industria aérea impulsada por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés). Estos se basan en la estrategia de cuatro pilares: inversiones tecnológicas, mejora en la eficiencia operativa, construcción y uso de infraestructura eficiente y otras medidas económicas.
En cuanto a la carga de productos perecederos, LAN cargo tiene inversiones en bodegas de frío de última generación en la región y acceso a las bodegas de frío en las demás estaciones donde opera, así como aquellas de sus filiales, con el propósito mantener la conservación de estos productos. Las expediciones de nuestro producto perecedero serán aceptadas si los embalajes de nuestras uvas frescas son lo suficientemente resistentes, de manera que puedan soportar el apilamiento de al menos 2.2 metros de altura, sin que las cajas próximas al piso colapsen. A su vez, los embalajes deben ser resistentes a la humedad que estos productos generan.